Son problemas relacionados con la falta de cantidad suficiente de aceite o pérdida de sus propiedades en las áreas con fricción.
Ocurre cuando entra refrigerante en estado líquido al compresor durante el funcionamiento. El daño causado dependerá de la cantidad de líquido y de la frecuencia del hecho. En cantidades pequeñas el gas refrigerante se diluye en el aceite, actúa como disolvente y elimina la película lubricante de las zonas de fricción. En casos de grandes cantidades de líquido refrigerante puede llegar a convertirse en golpe de líquido.
El recalentamiento de los gases de aspiración del compresor no debe ser inferior a los 10 K. Un recalentamiento bajo puede provocar daños en pistones, paredes de los cilindros, bielas, cojinetes y cigüeñal. Una válvula de expansión defectuosa o mal ajustada, un montaje incorrecto del bulbo o tuberías muy cortas pueden ser los desencadenantes más comunes de este tipo de anomalía.
Debido a que existe una gran afinidad del aceite con el refrigerante, durante los periodos de paro prolongados el aceite se puede diluir con el refrigerante, haciendo que éste pierda gran parte de sus cualidades como lubricante.
Durante la parada del compresor siempre encontraremos presente en el aceite una cierta concentración de refrigerante. Esta dependerá de la temperatura y de la presión en el cárter de dicho compresor. Ejemplo: A una presión del cárter de 9,2 bar correspondiente a una temperatura de saturación de 22 °C para el R449, el cárter contendría una mezcla de 35% de R449 y 65% de aceite. La rápida caída de presión que se produce durante el arranque de un compresor va a provocar que el refrigerante disuelto se evapore dentro del aceite, lo que conduce a la formación de una gran cantidad de espuma en el seno de éste. Este hecho puede apreciarse claramente a través del visor de aceite del compresor. Si esta mezcla de aceite diluido y espuma son aspirados por la bomba de aceite, podrá ocurrir que ésta no desarrolle la suficiente presión y caudal. Si este ciclo se repite con la suficiente frecuencia, provocará daños en los cojinetes del compresor.
El típico síntoma de avería de un compresor con lubricación inadecuada se caracteriza por presentar daños en el cojinete que se encuentra más alejado en el circuito de la bomba de aceite, mientras que al mismo tiempo el cojinete que se encuentra más cercano en el mismo circuito no presenta ningún defecto. Este cojinete recibe la suficiente cantidad de aceite procedente de la bomba que garantiza la lubricación adecuada del mismo.
Para evitar este tipo de averías se recomienda instalar una resistencia de cárter y/o un sistema de parada por baja presión.
Existen varios motivos que causan la pérdida de aceite de un compresor, algunos de ellos son: ciclos cortos, excesiva espuma en el aceite y largos períodos de funcionamiento con carga mínima.
La pérdida de aceite impide que el cigüeñal reciba la lubricación o enfriamiento necesario, lo que causa una cantidad excesiva de calor y desgaste en los asientos de bielas y cojinetes.
El sobrecalentamiento del compresor y el resultante recalentamiento del aceite provocan que el aceite pierda su viscosidad, haciéndolo incapaz de lubricar las partes móviles adecuadamente.
El compresor es el corazón de su instalación, es muy importante su buen mantenimiento y seguimiento del buen estado de sus componentes y prestaciones.